Notas:
Publiqué una versión en español de esta historia en mi podcast hace un tiempo (Clic aquí para escucharlo). Para leerlo en inglés presiona AQUÍ.
Debido a la edición para publicarlo en escrito y traducirlo al inglés, y al tiempo que ha pasado desde entonces, he hecho varios cambios menores a esta historia, pero se mantiene la esencia y forma. Suscríbete para más (GRATIS).
¿Alguna vez ha sufrido de obsesión por la pérdida de peso, el ejercicio o la por la dieta y le gustaría compartir su historia? Deja tus comentarios debajo de este escrito.
En esta historia trato de presentar una realidad que no se destaca lo suficiente en el mundo de la salud y el fitness y en la sociedad en general, que es la obsesión por la pérdida de peso y los innumerables problemas negativos que ha causado.
Hay muchas maneras en que las personas y la sociedad pueden ser víctimas de tal obsesión, y en este escrito pretendo presentar un problema que he observado varias veces como profesional del fitness durante más de dos décadas; ruptura de parejas y familias.
La obsesión con la pérdida de peso en esta sociedad es solo uno de los muchos problemas que todos saben que son reales, pero de los que nadie quiere hablar. Como el fantasma en el armario; sabes que está ahí, lo escuchas respirar, sientes que se vuelve más fuerte, hueles su toxicidad, pero no quieres mirar, hasta que es demasiado tarde.
Lo que el weight loss se llevó!
En la casa de Mariela y Pedro todo estaba perfectamente acomodado, limpio, y ready para ellos ir a la playa. Y mientras el sol que entraba por la ventana iluminaba su cuerpo - y en espera de su amado - Mariela admiraba su figura en un espejo que ella había colgado en la pared hace ya unos meses. Resulta que su trainer - una fitness gurú que mostraba fotos de su cuerpo perfecto en los medios sociales como carta de presentación - le había recomendado colocar un espejo grande en algún lugar de la casa, para que pudiera encontrar sus desperfectos, admirar sus logros, y enfocarse en las mentas.
Al ver las curvas de sus caderas y las nalgas "en su lugar", esta no dejaba de pensar en lo lejos que había llegado gracias a ese programa de transformación física que le había costado un ojo de la cara de hecho, y de lo cual Pedro no estaba muy contento que digamos - pero aparentemente ese revolú ya se había resuelto de la manera más común… no hablando de ello - y el tema, pues Mariela lo guardó en su closet.
Lo que importaba para ella era la promesa de un futuro en el que esta se vería mejor para su pareja, y por eso del self confidence. "Las metas Mariela, las metas", se recordaba a sí misma, enfocada en su propia mirada reflejada en el espejo. Y cada nuevo like en su insta le reafirmaba ese pensar.
Ella sentía que cada libra perdida, y cada aparición de alguna línea en su cuerpo que reflejase tonificación muscular, y que le hiciera verse más #fit, le acercaban a su felicidad y al amor aún más incondicional de su pareja. Pero esto estaba por cambiar.
Cuando Pedro sale del cuarto ya vestido y listo para un día de sol se encuentra con su pareja frente a aquello a lo que, entre dientes, llamaba, 'El Espejo de los sueños de Mariela'. Aquel espejo donde se reflejaban los deseos no alcanzados, de su amada. Esos deseos a los que ella perseguía con mirada fija, y sin tararear, pero que cada vez se alejaban más. Ese espejo que reflejaba en sí misma, su deseos más profundos - o según Pedro, los deseos impuestos por los medios sociales y por la gurú - los de perder pulgadas y peso, y los de ganar tonificación muscular.
Rodando sus ojos y con ansias de destruir aquel espejo, una vez más, Pedro intentó hacerle entender a su amada que a él eso no le importaba, que cuando él la conoció ella era llenita y esa una de las razones por las que le atrajo.
Pero, así como un ataque terrorista, inesperado y digno de una represalia sin tregua, al escuchar esas palabras Mariela explotó de ira, y los gritos salieron de su boca. "¿No te gusta cómo me veo ahora? Tanto que hago dieta y ejercicios pa' estar buena y bella pa' ti y tú que sigues con eso". Y con lágrimas de furia esta pone en alto sus gritos, y exhalando luego de un respiro profundo dijo serenamente, "Mira, vámonos para la playa y se acabó el tema”. Y Pedro, en shock, no sabiendo cómo reaccionar al momento, la siguió.
Y se fueron a tomar el sol frente al mar sin darse cuenta de que, en su closet, donde se guardaban las discusiones que nunca se resolvían - había surgido un monstruo compuesto por los gritos, por el miedo, por la miseria, y por la falta de comunicación. Y no se dieron cuenta que aquella bestia en el closet causada por el issue del weight loss, los seguiría hasta la playa.
Para Mariela, eso de no tener que bajar de peso y aun así poder ser feliz era hablar de su secreta batalla entre un pasado más simple y sereno, pero con unas libritas demás, y un futuro que le garantiza aún más felicidad; y con la añadidura de mayor éxito en la vida, longevidad, más miradas llenas de deseo, y siempre estar buena. Y esto le hacía sentir culpable, por lo cual el tema era uno muy delicado.
Allá frente a las olas Pedro no dejaba de pensar en esa mañana, una de tantas, en las que el monstruo del weight loss se presentaba con diferentes vestidos. Que si el bikini no le queda bien, que si con la ropa de oficina no le resalta las nalgas como ella quiere. Que si todavía la barriga no está plana como su trainer le dijo que la iba a tener…, y mientras el viento soplaba su cara, y el sol terminaba de cocinar su angustia, Pedro tomó una decisión. Y si en la playa hubo silencio, en el carro de regreso a la casa se podían escuchar hasta los latidos de cada uno.
Una vez estacionados en su casa y saliendo del carro, Pedro soltó las primeras balas que habrían comenzado el fin de la guerra contra el weight loss. Este fue el momento en que todos sus pensamientos, y todas las palabras aguantadas frente al mar, salieron de su boca como una represa llena que hay que nivelar. "Mariela, tenemos que hablar".
De repente, esta pudo sentir ese frío misterio que se siente hasta en los huesos cuando se acerca el fin, cuando ya no se puede escapar del monstruo que se llevaría nuestra alma. "Ya no puedo seguir con esto”, continuó Pedro. “Estoy cansado de no verte, y hacer nada cuando te veo porque estás en el gym, o en dieta. O porque lo que quiero ir a comer no va con tu nutrición."
Pedro toma una pausa y un respiro, y continúa, ¨Te dejaste llevar por cuanta mierda aparece en los medios para convencerte de que eres fea, de que no me gustas y cuando te digo que no me importa si pierdes peso o si te ves más flaca te molestas. Ya no puedo más".
Mariela, pensando que estaba en lo justo, no podía comprender cómo el amor de sus sueños, Pedro - "Un hombre simple y sin pretensiones, ¡que me quiere como soy!", y con quien juró pasar el resto de su vida, podía ser tan desconsiderado de aquel sacrificio que ella estaba haciendo por el futuro ambos.
Sin pensarlo mucho, y llena de rabia ella respondió con lo siguiente "Pues mejor. Voy a estar buena para otro.". Algo que de hecho ya su trainer le había mencionado ¨Saca de tu vida quien sea que no apoye tus metas¨. Él, en medio de tal mal momento, de la angustia, y de la tristeza de llegar a una decisión dolorosa, toma un respiro profundo mientras cierra sus ojos. Este silencio fue aún más profundo y tenebroso para ella. "No, vas a estar buena, pero vas a estar sola, porque no te enfocas en nada más que no sea en tu cuerpo¨, dijo el dolido mientras agarraba sus llaves, y luego se marchó de la casa.
Y mientras ella le decía que siempre va a haber alguien que la quiera, él lo que pensaba era que ella estaba comprometida con sus metas y sueños y que no había espacio para nadie más que no fuese esa persona en la que ella se convertirá en el futuro una vez cumpliera sus metas.
Se cuenta a través de chismes que Mariela anda soltera y deprimida, pero sigue haciendo ejercicios. Según una conocida, ahora Mariela, irónicamente quiere ser trainer para enseñarle a otras mujeres a lograr sus metas y ser exitosas, así como ella lo ha logrado.
Sin embargo, en secreto y en la soledad, ésta sueña con algún día volver a ver a Pedro y darle rewind a todo para volver a ser feliz; volver a tener a alguien que la quiera sin importar si es llenita o no… una vida más simple - mientras que aún en su cabeza queda el recuerdo de aquel monstruo que devoró su alma. El recuerdo de lo que el weight loss se llevó!
¡Fin!