(Ejercicio) Sincroniza los sentidos.
"Este es un ejercicio notablemente efectivo para sentir un poco más el mundo."
Hola, espero que estés bien. Te doy la bienvenida a otra publicación en Navigating Fitness. Esta publicación es parte de una serie dedicada a explorar los sentidos humanos y parte de mi concepto de Educación Física para Adultos. Hoy te comparto un ejercicio enfocado en liberar o despertar los sentidos de una manera sencilla pero profunda. Este es un ejercicio notablemente efectivo para sentir un poco más el mundo. Recuerden darle a me gusta, dejar un comentario, compartir este ejercicio con otros y si aún no lo han hecho…
Notas del instructor
Este ejercicio no se trata de músculos ni de calorías, sino de conciencia. Léelo y luego hazlo. Cada sentido tiene dos o tres puntos que debes seguir, pero también puedes usar tu creatividad. Este ejercicio es para que tus sentidos se vuelvan más perceptivos y activos. La mayor parte del ejercicio se realiza con los ojos cerrados, por lo tanto, si tienes problemas de equilibrio, evita ponerte de pie. Si bien no recomiendo cuánto tiempo debes hacer el ejercicio (o cada una de sus partes), cuanto más tiempo le dediques, mejor. No se puede apresurar. Si bien es físico, este ejercicio es pasivo.
Objetivos (que se pretenden promover):
Aptitud cognitiva: mayor conciencia corporal y percepción sensorial.
Literacia física: mayor conciencia del movimiento y control emocional.
Conciencia de uno mismo: mayor comprensión de uno mismo y del entorno.
Atención plena: mayor presencia y menor ruido mental.
Preparación
Encuentra un espacio tranquilo: Elige un lugar cómodo y seguro. Una habitación, el patio trasero, el coche, la cocina… Busca una posición cómoda, preferiblemente con ropa mínima.
Mantén una actitud mental abierta y receptiva: Se trata de explorar, no de controlar. Ábrete a sentir la experiencia.
Concéntrate en el momento: Sumérgete por completo en la experiencia presente.
Conciencia sensorial: Piensa en tus sentidos individualmente y hazte una idea de cómo cada uno obtiene información del entorno.
Flexibilidad: Adapta el ejercicio a tus preferencias y circunstancias. Pudes hacerlo de pie, en una silla y hasta en el suelo.
Sincroniza tus sentidos
Respira profundamente y relaja tu cuerpo lo máximo posible. Muévete y sacúdete un poco para liberar la tensión.
Sé consciente de la posición de tu cuerpo y de tu movimiento. Sintonízate con tu cuerpo y siente cada pequeño movimiento posible.
Mira a tu alrededor y crea una imagen visual de tu entorno. Observa los colores, los tamaños, las formas, etc.
Permite que tus oídos se sintonicen con la frecuencia del entorno. Evita hacer ruidos o poner música, pero busca la manera de aceptar los sonidos que no puedes controlar (la naturaleza, tu familia, tus vecinos, la ciudad, etc.).
Permite que tu nariz capte los olores del lugar. No evites los malos olores tolerables. Evita velas, aerosoles o cualquier otro bloqueador de olores.
Permite que tu piel sienta las texturas y temperaturas del ambiente. Si tienes privacidad, puedes hacer este ejercicio con poca ropa, ropa interior e incluso hasta sin ropa para una mejor exposición sensorial. Quítate los zapatos.
El ejercicio
A estas alturas ya deberías tener una idea de cómo está posicionado tu cuerpo, la dirección hacia la que miras, lo que te rodea (qué hay en cada dirección, sus formas y colores, su distancia relativa entre sí, etc.)
Cierra los ojos y visualízate desde fuera. Mírate en la posición en la que estás e intenta crear un modelo 3D de tu cuerpo y de tu entorno.
Visualiza todo lo que puedas recordar de tu entorno.
En tu cabeza, haz una lista de una, dos o tres cosas que estén en cada dirección (Adelante, Atrás, Izquierda, Derecha, Arriba, Abajo y en diagonal a cada dirección).
Con los ojos cerrados, concéntrate en respirar profunda y lentamente. ¿Qué hueles?
Trata de identificar los diferentes olores que te rodean.
Identifica y enumera al menos dos olores diferentes.
Identifica la dirección general de donde proviene cada olor.
Pasa la lengua por tu boca y siente las diferentes texturas, formas y sabores. En lo posible, usa toda la lengua y no te limites solo a la punta.
Compara el sabor de tu boca con el sabor de tus labios.
Escucha los sonidos que vienen de tu entorno. ¿De dónde vienen? ¿Cuántos sonidos puedes identificar?
Usa la imagen mental que creaste de tu entorno e intenta:
Enumerar tantos sonidos como puedas (el perro del vecino, la música que viene del exterior, etc.)
Identificar la dirección general de donde viene cada sonido y a qué distancia de ti se origina.
Deja que tu piel sienta todo lo que la toca (el viento, el sol, la lluvia, la tierra o la hierba, o la ropa que llevas puesta).
Con las manos, toca tu propio cuerpo (y tu ropa). Siente las formas, las texturas.
Con los pies, siente el suelo. Las texturas, la temperatura. ¿Cómo se siente cuando tocas con distintas partes del pie?
Ahora que tus sentidos están un poco más afinados, mira otra vez a tu alrededor. Esta vez presta atención a más detalles.
¿Qué es lo más pequeño y lo más grande que puedes ver?
¿Qué es lo más lejano y lo más cercano a ti?
Comparte tu experiencia después de realizar este ejercicio.
¿Lo hiciste en un espacio cerrado o al aire libre?
¿Cuál fue tu mejor parte de la experiencia?
¿Qué fue lo que te resultó incómodo de la experiencia?
¿Cuál fue el sentido que más te costó poner en práctica?
¿Qué crees que podría haber explicado mejor?
Me encanta pacticar este ejercicio.